“Hay que hacer de la Agenda 2030 un nuevo contrato social global que no deje a nadie atrás”
Entrevista con Federico Buyolo, Director General del Alto Comisionado para la Agenda 2030.

13 de noviembre de 2019 – La Asamblea General de Naciones Unidas adoptó hace cuatro años la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad que pivota en torno a 17 Objetivos y 169 metas. Con el objetivo de elaborar la estrategia española que traduzca estos ambiciosos objetivos en una hoja de ruta aplicable por instituciones públicas, ciudadanía y sector privado, Federico Buyolo fue nombrado en agosto de 2018 Director General del Alto Comisionado para la Agenda 2030.
Cuando se cumple un año de su mandato al frente del Alto Comisionado para la Agenda 2030, entrevistamos al que fuera Director General de Cooperación y Solidaridad de la Generalitat Valenciana entre 2015 y 2018. Federico Buyolo no tiene ninguna duda de que es posible cumplir con los ODS, “hoy tenemos los recursos necesarios para transformar el mundo que vivimos con equidad y garantizando que todas las personas tengan los mismos derechos para desarrollar su proyecto de vida”, afirma. Preguntado sobre el papel que el tejido asociativo puede jugar a la hora de avanzar en la consecución de la Agenda 2030, Buyolo recuerda que “las asociaciones crean tejido social, unen la voluntad, aspiraciones y demandas de la ciudadanía desde una visión colectiva en beneficio de todos y todas”.
¿Qué es el Alto Comisionado Agenda 2030?
Se trata de un órgano dependiente del Presidente del Gobierno que trabaja para alinear las políticas del gobierno con la Agenda 2030, generar alianzas con todos los actores sectoriales y territoriales, medir los avances y sobre todo crear las estrategias necesarias para lograr el cumplimiento de la Agenda 2030.
¿Cómo y por qué nacen los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
La Agenda 2030 nace después de dos años de consultas con millones de personas, miles de actores y cientos de países, donde se definió la necesidad de unir las diferentes agendas en una sola hoja de ruta que integrara lo económico, social y cultural para lograr transformar el mundo que vivimos.
Se trata de una agenda participada y consensuada donde sus 17 objetivos y sus 169 metas recogen los resultados y retos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la agenda RIO +20. Una agenda que pone en el centro de todas las decisiones a las personas y al planeta. Una agenda que nos lleva a generar una económica ética para sociedades inclusivas con respeto al medio ambiente. Una prosperidad inclusiva para que nadie quede atrás.

“Sin la apropiación y la participación de la ciudadanía será imposible lograr los objetivos que nos hemos marcado todos. Por ello, es necesaria la acción que las asociaciones hacen en los territorios generando participación”.
¿Es posible llegar al cumplimiento de los ODS?
Sin duda alguna. No hay plan B, porque no hay plan B. Hoy tenemos los recursos necesarios para transformar el mundo que vivimos con equidad y garantizando que todas las personas tengan los mismos derechos para desarrollar su proyecto de vida. La desigualdad, que en el año 2000 era entre países, ahora además es entre las personas, no podemos avanzar si todos no tienen las mismas oportunidades. Consumimos más recursos anualmente de los que el planeta es capaz de regenerar lo que nos está llevando a una devastación del planeta. Y la economía, globalizada, está dejando a millones de personas sin garantías de acceso a bienes públicos globales que garanticen su calidad de vida. Sin embargo, hoy sabemos lo que tenemos que hacer gracias a la Agenda 2030, por lo tanto, se trata de hacer de este proyecto un nuevo contrato social global que no deje a nadie atrás.
Desde el Alto Comisionado Agenda 2030 que diriges, se hace hincapié en la necesidad de generar alianzas. ¿Qué significa esto?
Así es, los grandes avances de la humanidad han venido de la mano de la colaboración entre todas las personas. Este es el camino para avanzar, generar una alianza global para transformar el mundo en que vivimos. Tenemos que trabajar desde una visión de colaboración radical donde todas las personas e instituciones construyamos inteligencia colectiva con una visión clara de transformar el mundo en que vivimos con una visión común de hacer de la Agenda 2030 un lenguaje universal que nos permite colaborar, sumar iniciativas y avanzar en la implementación de actuaciones en todos los ámbitos.
“Formamos una ciudadanía colectiva que ahora gracias a la Agenda 2030 se convierte en una ciudadanía global con objetivos comunes. Las personas somos el pasado, el presente y juntos ahora construimos el futuro bajo una misma visión de sostenibilidad”.
¿Cómo pueden contribuir las asociaciones en la consecución de los ODS? ¿Por qué su papel es tan importante para el desarrollo de la Agenda 2030?
Las asociaciones crean tejido social, unen la voluntad, aspiraciones y demandas de la ciudadanía desde una visión colectiva en beneficio de todos y todas. La Agenda 2030 es ante todo una agenda de ciudadanía, una acción colectiva que pone a las personas en el centro. Sin la apropiación y la participación de la ciudadanía será imposible lograr los objetivos que nos hemos marcado todos. Por ello, es necesaria la acción que las asociaciones hacen en los territorios generando participación. Construir el futuro pasa por empoderar a la ciudadanía para que sea un actor principal en la transformación social, económica y medioambiental.
¿Cómo pueden las instituciones, las entidades y las asociaciones aplicar estas dimensiones de desarrollo económico, social y medioambiental en el ámbito local o en una comarca como l’Horta Sud?
Existen dos vectores que son imprescindibles para lograr los objetivos de la Agenda 2030: la territorialización y la generación de alianzas. Esta es una agenda aprobada en Nueva York, pero que beneficia a todas las personas independientemente de donde hayan nacido. Por ello, hemos de trabajar en ecosistemas de transformación que pongan a trabajar de manera coordinada y activa a los diferentes agentes de un territorio: instituciones, empresas y ciudadanía. No valen soluciones mágicas, ni copiar acciones llevadas a cabo en otra parte del mundo. Esta agenda se construye desde la realidad de un territorio, sumando las capacidades de los diferentes actores implicados con una visión de futuro marcada en la Agenda 2030 y con acciones aplicadas en el presente. Una acción consensuada para un desarrollo sostenible inclusivo.
“Las asociaciones crean tejido social, unen la voluntad, aspiraciones y demandas de la ciudadanía desde una visión colectiva en beneficio de todos y todas”.
¿Por qué consideras que es importante que las asociaciones y la sociedad civil tengan una agenda pública/política en este tema?
Simplemente porque no podemos olvidar que las sociedades las construimos las personas. Somos la parte fundamental de todo el sistema. Formamos una ciudadanía colectiva que ahora gracias a la Agenda 2030 se convierte en una ciudadanía global con objetivos comunes. Las personas somos el pasado, el presente y juntos ahora construimos el futuro bajo una misma visión de sostenibilidad. Pero esto no llegará si no actuamos. Es necesario que avancemos para empoderar a la ciudadanía tanto en lo personal, mediante la educación; en lo cultural, comprendiendo el mundo en que vivimos; económicamente, para poder disponer los recursos que nos permitan construir un proyecto de vida digno; y social, para ser agentes de transformación y liderar el futuro.
¿Cuál sería tu valoración de los primeros años de desarrollo de la Agenda 2030? ¿Estás satisfechos con los primeros resultados?
Moderadamente satisfecho. Recientemente hemos presentado el Informe de Progreso del primer año de implementación de la Agenda 2030, hemos conseguido establecer la gobernanza de la Agenda 2030, poniendo en marcha políticas que institucionalicen la transformación que estamos proponiendo. Hemos puesto en marcha medidas transformadoras que suponen un acelerador para la consecución de la Agenda 2030, generando alianzas con todos los sectores y administraciones locales y autonómicas. En definitiva, estamos por el buen camino, tenemos sentadas unas fuertes bases, sin embargo, necesitamos avanzar, acelerar los procesos de implementación mediante la puesta en marcha de actuaciones que piensen en el futuro pero que se apliquen en el presente. Ahora que se cumple el cuarto año de la aprobación de la Agenda 2030, es el momento de inaugurar la década del cumplimiento de la Agenda y asentar las transformaciones necesarias para que nadie quede atrás.