
Tirar juntos de la cuerda
Santiago Peraita – Director Financer Grupo Ugarte Automoción i patró de la Fundació Horta Sud

“Nos quedan solo dos opciones: o apostamos por maximizar la inteligencia colectiva, trabajando en red y huyendo de individualismos, o asumimos el fracaso de no haber sido capaces de tirar juntos de la cuerda cuando todavía teníamos la oportunidad”
ARTICLE PUBLICAT AL DIARI LA VEU EL 31 DE GENER DE 2022
Cada vez más, la mayoría de las empresas apostamos, por convencimiento, por adaptarnos a los nuevos contextos y a los nuevos retos compartidos. Los ODS y la Agenda Urbana 2030 son grandes guías planetarias que, adaptadas a la realidad de cada contexto, nos permiten aportar nuestro grano de arena para hacer de este un mundo mejor.
Lo hacemos las empresas, igual que lo hace el resto de la sociedad civil organizada y lo hacen las instituciones públicas: optimizando los consumos, promoviendo condiciones de trabajo dignas, impulsando la transición energética, etc.
Pero tenemos un gran problema compartido. El triunfo del individualismo nos ha conducido a una situación contradictoria: en el momento histórico donde más porcentaje de población está concienciada sobre la necesidad de actuar frente la emergencia climática y cuando más medios tenemos a nuestra disposición para trabajar juntos, menos nos juntamos para reflexionar y actuar.
La coordinación entre instituciones públicas, asociaciones, empresas y universidad es casi testimonial. Y es necesario, por lo tanto, que repensemos las lógicas de relación existentes.
Desde las empresas tenemos la oportunidad y la obligación moral de trabajar con el movimiento asociativo para preservarlo y fortalecerlo. No tenemos que olvidar que nosotros somos también parte imprescindible de la sociedad civil.
Dar apoyo a nuestro movimiento asociativo local es, en última instancia, darnos apoyo a nosotras mismas. Y es que sin el empoderamiento ciudadano aspectos esenciales como la vertebración y la mejora de un territorio son impensables.
Es necesario que las empresas demos apoyo a proyectos de desarrollo comunitario, que nos permitan ver en nuestros defectos y en nuestras virtudes, trabajarlos y buscar caminos compartidos para construir la sociedad que queremos.
“Desde las empresas tenemos la oportunidad y la obligación moral de trabajar con el movimiento asociativo para preservarlo y fortalecerlo. No tenemos que olvidar que nosotros somos también parte imprescindible de la sociedad civil”
Pero ¡no estamos inventando nada! La Agenda Urbana Española ya constata en sus objetivos estratégicos la necesidad de fomentar el diálogo social para poder cumplir con la responsabilidad histórica a la que nos enfrentamos.
Así pues, nos quedan solo dos opciones: o apostamos por maximizar la inteligencia colectiva, trabajando en red y huyendo de individualismos, o asumimos el fracaso de no haber sido capaces de tirar juntos de la cuerda cuando todavía teníamos la oportunidad.