
Pensando en los próximos 50 años
Rosa Gallego García – Directora Relaciones Institucionales y Fundaciones Comunitarias AEF

Foto: AEF
“Además del liderazgo comunitario y la capacidad de escucha y análisis, la fundación comunitaria tiene un papel fundamental en el apoyo de las asociaciones locales”
Una fundación es una institución que en su ADN lleva inscrita la vocación de perpetuidad. Cuando una fundación cumple 50 años puede hacer balance de lo que ha conseguido y celebrarlo, eso es importante.
2022 es un año en el que la Fundació Horta Sud celebra su 50 aniversario, y la mirada atrás y la celebración son un ejercicio importante. Permitirán lanzar luz sobre el trabajo que la fundación ha realizado, sobre cómo han cambiado L’Horta Sud y sus diferentes municipios, sobre cómo ha cambiado el mundo asociativo, sobre qué actividades y estrategias han funcionado para activar a la sociedad civil y sobre cuáles fracasaron, de los errores también se aprende.
Pero cumplir 50 años debe ser también un momento de reflexión sobre cuál va a ser la contribución de la Fundació al futuro de la comarca, sobre cómo y qué debe cambiar para que la participación ciudadana sean un verdadero motor de cambio.
En un mundo acelerado como el que vivimos pensar en el futuro no es sencillo, pero hay algunas claves en las que una fundación comunitaria (FC), como es el caso de F. Horta Sud, se puede apoyar.
Existen en la actualidad en torno a 2000 fundaciones comunitarias en todo el mundo, en los cinco continentes y, a pesar de las diferencias culturales, económicas y sociales de lugares tan distantes como Nueva York y Valencia, o como Bucarest y Nairobi, en todos estos lugares hay fundaciones comunitarias trabajando para mejorar la vida de las personas en su territorio. Estas fundaciones están trabajando en cuatro ejes fundamentales:
- ejercer el liderazgo comunitario para producir el cambio social;
- escuchar a la comunidad y hacerla participar para comprender e identificar los activos, las oportunidades, las necesidades y las soluciones;
- aumentar la filantropía local;
- fortalecer las organizaciones locales;
La Fundació Horta Sud es considerada por instituciones, organizaciones y vecinas y vecinos como una institución confiable, a la que apoyar y en la apoyarse para seguir contribuyendo a la construcción de una sociedad más justa. En este sentido la Fundació ha conseguido ser reconocida como un agente crítico para liderar la planificación y alineamiento de personas, asociaciones, empresas y administraciones públicas, para pensar el futuro de la comarca, a través del ejercicio de escucha y participación Serà Horta Sud 2030.
Además de ese liderazgo comunitario y la capacidad de escucha y de análisis, la fundación comunitaria tiene un papel fundamental en el apoyo a las asociaciones locales, aquellas que trabajan en y por la comarca.
De entre todos los desafíos a los que se enfrentan las asociaciones, uno destaca sobre los demás: asegurar su sostenibilidad de forma que su trabajo no se vea amenazado o limitado por la falta de recursos.
La promoción de la participación ciudadana a través de asociaciones ha sido desde el inicio de su actividad, una apuesta fundamental de la F. Horta Sud y lo ha hecho con estrategias complementarias como la formación, el acompañamiento, el reconocimiento y con la comunicación de su impacto, entre otras.
Este trabajo de apoyo a las organizaciones locales es una de las claves del trabajo de una fundación comunitaria y, por tanto, ahora, cuando miramos a los próximos 50 años, es el momento de pensar qué más puede hacer la F. Horta Sud.
El movimiento de las fundaciones comunitarias en todo el mundo está trabajando intensamente para incrementar la filantropía local de modo que las asociaciones locales cuenten con más recursos para su trabajo.
Una fundación comunitaria tiene la capacidad de movilizar a muchos pequeños donantes y actuar para que más personas aporten dinero a las asociaciones de su territorio. La filantropía puede tener muchas manifestaciones: tiempo (voluntariado), conocimiento, conexiones, pero uno fundamental es el dinero.
El micro mecenazgo en el que una aportación de 150€ puede tener una deducción fiscal de hasta el 80%, es una herramienta que permite a muchísimas personas contribuir y participar de una filantropía democrática en la que muchas pequeñas contribuciones mantenidas en el tiempo, contribuyen de forma clave a la sostenibilidad de las pequeñas asociaciones.
Las fundaciones comunitarias en muchos lugares del mundo, activan a sus vecinos y vecinas, para animarles a hacer pequeñas contribuciones y a la vez a adquirir un mejor conocimiento de los problemas en su entorno y de las asociaciones que trabajan para resolverlos.
“La Fundació ha conseguido ser reconocida como un agente crítico para liderar la planificación y alineamiento de personas, asociaciones, empresas y administraciones públicas, para pensar el futuro de la comarca, a través del ejercicio de escucha y participación Serà Horta Sud 2030”
Pero además una FC, por su conocimiento de las asociaciones locales, está en la mejor posición para ayudar a donantes, grandes y pequeños, a empresas, pymes y personas a maximizar el impacto de sus donaciones, asegurando que están en línea con las necesidades y oportunidades de la comunidad en cada momento.
La FC puede constituir fondos en los que esos donantes no tengan que preocuparse por encontrar los mejores proyectos a los que destinar los fondos, ni hacer el seguimiento…. La fundación comunitaria puede dar ese servicio de forma profesional a quienes quieren contribuir a mejorar la vida de las personas en L`Horta Sud.
Quiero felicitar a la F. Horta Sud y a todas las personas y organizaciones que en la comarca trabajan pare mejorar la vida de las personas, y animarlas a entre todos contribuir a reforzar vuestra fundación comunitaria para entre todas y todos incrementar la filantropía local y sumaros a las fundaciones comunitarias que en todo el mundo ya lo están haciendo.